1. Éste es del narrador venezolano José Rafael Pocaterra y el cuento se llama De cómo Panchito Mandefuá cenó con el niño Jesús:
"En otra parte, lejos de allí, Panchito Mandefuá andaba con su chaqueta, ahora toda brillante, magnífica, como recién salida de la lavandería. Se le veía feliz, sonriente. ¡Pero claro! Se había ido a cenar al cielo, invitado por el Niño Jesús."
"Sonríe de alucinada felicidad... Pues ese padre va solo, a nadie ha encontrado, y su brazo se apoya en el vacío. Porque tras él, al pié de un poste y con las piernas en alto, enredadas en el alambre de púa, su hijo bien amado yace al sol, muerto desde las diez de la mañana"
3. Luis Britto García es un escritor caraqueño. Ésta obra aparece publicada en su libro Rajatabla, el cual lo hace ganador del premio Casa de las Américas en 1970:
"Pero no tiré para elevar mi papagayo, solté el pabilo, corrí hacia el cuerpecito fulminado de Helena hacia el cual corrían los demás niños, el papel fue a juntarse al papel en las líneas de alta tensión, hubo otra chispa fea, azul, un rumor, y los papagayos se consumieron juntos en su alto nido, en una crepitación de arrullo."
4. No podía faltar no de mis escritores favoritos Gabriel García Márquez, en su libro Del amor y otros demonios:
"La guardiana que entró a prepararla para la sexta sesión de exorcismos la encontró muerta de amor en la cama con los ojos radiantes y la piel de recién nacida. Los troncos de los cabellos le brotaban como burbujas en el cráneo rapado, y se les veía crecer."
5. Y por último (pero no menos importante) un relato de Oscar Wilde que mi mamá me contaba cuando era pequeña, llamado El gigante egoísta:
" Una vez me dejaste jugar en tu jardín. Hoy vendrás conmigo a mi jardín, que es el Paraíso.
Y esa tarde los niños encontraron al gigante muerto bajo el árbol, cubierto de capullos blancos."
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